martes, 25 de diciembre de 2007

Llegué a Madrid._

Pase migración y no tenia internalizado lo que estaba pasando, la única certeza era que me sentía grande porque estaba viajando sola, con mis maletas y mi montón de cosas al hombro. Llegue a la sala de espera, “Sunday Morning” de Maroon5 me acompañaba melodiosamente, mientras comenzaba el embarque.

Todos nos preparábamos para subir al avión cuando algo sorpresivo pasó. A las mujeres nos mandaron hacer una cola diferente por procesos de seguridad y comenzaron, al azar, a revisarnos, preguntar cosas y abrir equipaje de mano. A mi solo me preguntaron un montón de cosa, que si iba sola, que cual era el motivo de mi viaje… y listo. Me subí al avión, por fin estaba dentro. Por el cansancio que tenía me quedé dormida al instante. Cuando desperté pensé que ya llevábamos la mitad del vuelo recorrido, me asomé por la ventana y allí estaba, el paisaje nunca imaginado. ¿Europa?... para nada. Era el aeropuerto Simón Bolívar. Todavía estaba en Caracas, teníamos 2 horas dentro del avión y no teníamos permiso de despegue, que locura. Un Ratico después ya estábamos en el aire. Dormí plácidamente y solo despertaba cuando escuchaba u olía algo que se pareciera a “Comida”.

Tenía 8 horas en el aire cuando anunciaron la llegada. ¡Estaba en Madrid! no podía creerlo. Me baje y ante mis ojos un aeropuerto GIGANTE, GIGANTE. Después de caminar por telas rodantes, por aquí y por allá, tomar un tren supersónico para trasladarme de un lado del aeropuerto a otro... llegue a la sala de entrega de equipaje, tome mi maleta (como 40 minutos después) y estaba lista para salir. Llegando a la puerta ¡PIM! me llaman de Inmigración. La oficial se había enamorado de mi ¡jeje! Pase por un procedimiento de seguridad, abrí mi maleta, vieron todo y preguntaron incoherencias. Luego de eso, por fin estaba a dos pasos de la última puerta de salida.

Los gritos y las sonrisas de Leo y Grecia me indicaron a donde debía dirigirme. Allí, entre abrazos y fotografías, todavía no se sentían los 2 grados de temperatura anunciados.



Tomamos mis maletas y compre mi primer tique del metro. ¡SUPER! 2 euros para viajar bajo la gran ciudad. Justo al poner un pie fuera del aeropuerto y dentro de la estación del metro (que está allí mismo) DIOX!!! ¡EL Frío! Allí estaba, inclemente, entrando por mi abrigo.

Al subir al tren todo cambio. Es lindo, ordenado y calientico. Absorta iba viendo cada estación, detallando, apreciando lo nuevo. Llegamos a la estación 'Nuevos Ministerios', bella y elegante. Nos bajamos y ¡TARAN! Madrid estaba ante mis ojos. Tomamos un autobús para poder ver la majestuosidad desde el vidrio amplio de ese calientico transporte. Calles amplias, avenidas organizadas y con pocos carros, gente caminando feliz de la vida, disfrutando de la ciudad, era lo que podía observar.

El lugar donde estoy alojada es un apartamento bello, chiquito, caliente y muy bien ubicado. Pero luego les contaré más sobre mi casa por estos 33 días. Mientras tanto paseemos y disfrutemos de los 3 grados de temperatura que hacen fuera. Nuestra parada de hoy, “El Retiro”, un parque hermoso, inmenso, lleno de gente de todas las edades súper abrigados, arboles despidiendo el otoño y dándole la bienvenida al invierno, personas montadas en barquitos recorriendo la laguna y músicos recordándote que estás en navidad.

Recorrí gran parte del parque y al caer la noche, nuestros ojos divisaron 'La Puerta de Alcalá' un monumento inmenso, imponente, que define a una Redoma. Como estaba adornada de navidad nos tomamos muchas fotos y me presentaron las calles que desde allí podíamos observar. Pero el frío aumento, así que pasamos la calle y entramos a un lugar interesante y caliente. Era la casa del chocolate, donde por supuesto el CACAO Venezolano era la materia prima. Tomamos un chocolatico caliente, comimos unos panes sabrosos, calentamos nuestras manos y continuamos pateando la calle.

Caminamos por muchos lugares cercanos y bellos, hice mercado, vi productos extraños, típicos de aquí… y ahora en casa, apunto de comer una sopa sabrosa preparada por Leo les escribo, para con estas palabras contarles sobre lo que he hecho en este primer día y para agradecerles por esta experiencia. Se que mi venida a estas tierras es un gran esfuerzo para ustedes en todos los niveles, sobre todo el económico, así que visitare todos los lugares que pueda, tomare muchas fotos, conoceré gente, sentiré la experiencia al máximo para luego compartirla con ustedes... Mientras tanto solo puedo decir ¡MUCHAS GRACIAS!

El viaje jamas imaginado

Foto de Gabriela Batatino._ UCV 2006
Nunca llegó a pasar por mi mente la idea de venir a Europa en estas navidades, pero así es la vida, dinámica, sorpresiva, maravillosa, llena de matices, de contrastes, de regalos y personas especiales. Uno de esos regalos me los dio Grecia y Leonardo (Directora y Coordinador de temas urbanos- ambientales de la Asociación Civil Soy Niño, respectivamente) cuando me invitaron a compartir con estudiantes de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) en Madrid-España mi experiencia como productora y conductora del Programa Radial Soy Niño, en el encuentro “Conversatorio sin fronteras”.

Cuando recibí la noticia me emocioné muchísimo, sabía que era una oportunidad maravillosa para crecer, compartir y aprender sobre el campo que me interesa, la comunicación. Así que apenas a unos 10 días del viaje tuve que poner a correr a familia y amigos para hacer todos los trámites burocráticos que lógicamente se hacen con unos meses de anticipación. Compra de boleto, cambio de moneda a través de CADIVI, compilación de material de Soy Niño, grabación de programas que saldrán al aire en esta temporada, hablar con los profesores, entregar cartas para justificar mi inasistencia en la última semana de clases, hacer maletas, sacarme la cédula justo el mismo día del viaje... fueron algunas de las cosas que, contra el reloj, fueron hechas.

Bajo toda esa presión el día llegó. Era viernes 7 de diciembre, la cita con el avión estaba pautada para las 5 de la tarde. Así que hice los arreglos de última hora y comenzó la labor más difícil, despedirme de todos… Pasaría, por primera vez, navidades lejos de mi familia, de mi mami, de mi sobrinito que se estrena este año en estas costumbres, de mis primos, de todos… Pero las oportunidades cuando se presentan hay que aprovecharlas, así que aquí voy, voy a cruzar el charco que separa a América de los otros continentes. Voy por primera vez a Europa y por primera vez experimentaré un verdadero invierno, con temperaturas muy bajas, lejanas a ese ambiente cálido del que estoy acostumbrada aquí en Venezuela.

En próximos encuentros les contaré mis travesías por este nuevo mundo, que generoso se me presenta como regalo en estas navidades.

Mi primera vez._

-Jovenes participantes del congreso.
_ Entrevista de una televisora a los representantes venezolanos de la 4º Cumbre Mundial de Medios de Calidad para Niños y Adolescentes.

Un congreso con jóvenes del mundo entero me esperaba para regalarme una nueva experiencia


En abril del 2004 se presentó la mayor de las oportunidades. Algo totalmente inesperado como regalo de 15 años estaba por llegar. Como resultado de mi participación continua y responsable en el programa de Radio Soy Niño, que se transmitía para ese momento en Radio Fe y Alegría, se me invitaba a representar a Venezuela en el encuentro internacional “4º Cumbre Mundial de Medios de Calidad para Niños y Adolescentes” que se desarrollaría en abril en la ciudad de Río de Janeiro, Brasil.

Las preparaciones para este viaje si hicieron a tiempo. Preparamos materiales interesantes, programas especiales, portafolio de actividades y encuentros, cobertura de la actividad, entre otros. Así que al llegar el día, todo estaba listo para volar, rumbo a un encuentro mágico y nunca antes vivido.

Hoy evalúo esa experiencia y me siento feliz por esa oportunidad. Fueron 2 semanas excelentes, llenas de intercambio, de vivencias, de debate y trabajo comunicacional. Tuve la oportunidad de compartir con jóvenes del mundo entero, que hablaban en diferentes idiomas y que con sus realidades socio-culturales particulares ponían en práctica, desde su tierra, producciones junto a la infancia y la adolescencia en los medios de comunicación. Fue allí entonces, donde pude exponer forma de trabajo que Soy Niño llevaba a cabo desde Venezuela, crecer y ampliar mi visión y experiencia. Fue un poco complicado comunicarnos, la traducción simultanea era de gran apoyo. Sin embargo el idioma no fue una barrera, más allá de eso, fueron muchos los lazos de amistad y de trabajo que se generaron en esos días.

Para dar difusión a todo lo que en este encuentro acontecía, UNICEF seleccionó a 4 jóvenes participantes, para que desde sus idiomas (español, ingles, portugués y francés) actualizaran una página en internet con reportajes y fotografías. El primer día del encuentro recibí la sorpresa, una representante de esta institución me informaba que yo escribiría para la página en español, ¡que emoción!
Como resultado de las interesantes discusiones mantenidas surgió una carta donde los jóvenes del mundo entero planteaban diversas propuestas para elevar la calidad de las producciones hechas para ellos en el mundo entero y surgieron temas interesantes como: la utilización de la imagen infantil, la mala proyección de los intereses de los jóvenes, el olvido de la responsabilidad social de los medios de comunicación, el estereotipo de que lo educativo es sinónimo de aburrimiento… entre otros.

Pero no todo fue trabajo. Paralelo a toda esta interesante labor el congreso realizó paseos turísticos, para que juntos, conociéramos esa tierra llena de contrastes, pobres y ricos en extremo, conviviendo en un mismo territorio, territorio rico en recursos naturales, paisajes, espacios turísticos. Así que en esta travesía conocí lugares como: El Cristo Redentor y El Pan de Azúcar. La dinámica de vida de los cariocas, el metro, el eficaz sistema de trasporte colectivo, los grandes y amplios paseos, la posibilidad de transitar en las playas de noche, la gente feliz cantando en cada esquina, en cada plaza, bailando, contagiando a todos con el melodioso portugués; los jugos deliciosos hechos de frutas muy exóticas, el más sabroso, uno marrón oscuro, helado, un poco cítrico, Açaid. Otra cosa sabrosa que conquistó mi paladar un platillo que la mayoría de las noches comí junto a mis amigos en una esquina del hotel, las Tapiocas.

Esta fue una de las experiencias más importante de mi vida. Por primera vez pude interactuar con gente del mundo entero, aprender de ellos y también contribuir con mi visión. Ésta fue, oficialmente, la primera vez que ¡patee un pedacito de mundo!